viernes, 2 de septiembre de 2016

A estas horas de la locura (III)

III

- Te va a encantar, es Ripper Reloaded.

Álvarez hablaba como si fuera a presentarle al ganador de un concurso musical.

- El hecho de no saber su nombre, su pasado, su historia. Esta es una oportunidad única de analizar las causas de una psique retorcida partiendo solo desde las consecuencias. Y él no va a facilitarte nada.


- Es el tipo de trabajo que me gusta Luis. Si no fuera así seria ingeniero químico.


Al doctor Simmons le intrigaba su paciente. Sin huellas digitales y sin parientes o conocidos (varias personas del edificio donde vivía declararon que no sabían que el departamento estaba ocupado) la policía no pudo corroborar nada. Todas las identificaciones (más de diez) eran obviamente falsas. 

Así que la prensa, y todo el que se relacionaba con el caso, tuvo que aceptar llamarlo como había dicho llamarse realmente. Jame.

- ¿El nombre te dice algo?- Pregunto Álvarez en voz alta, como si hubiera preguntado antes sin recibir respuesta.




- El silencio de los corderos. Puede que indique algo, algo que crea sobre si mismo. Pero prefiero hablar con el antes de sacar conclusiones.


- Claro, claro. Dr. Simmons, el Texas Ranger del psicoanálisis.


Aunque de verdad lo apreciaba, Simmons hubiera preferido que Álvarez se ahorrara sus sobrenombres y comparaciones. A veces la gente que queremos es la que más fácilmente nos saca de quicio. 

- Preferiría entrar yo solo, si no te molesta Luis.


- En absoluto. Que lo disfrutes. 


El guardia del pasillo saludo a Simmons de modo cordial, tan acostumbrados estaban en el hospital a su presencia. Mientras le abrían la puerta trato de repasar la detención de quien seria su nuevo paciente (no se llama Jame).

La cobertura había sido tanta que sentía que lo había visto en persona.

La policía relacionaba en ese momento cuatro asesinatos e investigaba otros ocho que presentaban algunos puntos en común con el caso. Entonces apareció Ana. 

Y apareció en la orilla de la carretera que unía a la moderna y caótica capital del país con el estado vecino. Tan cercanos uno al otro que nadie se tomaba la molestia de separarlos. El área metropolitana, así le llamaban.

A la orilla de la carretera no es tan común encontrar personas abandonadas. Al menos no tan común como los perros con marcas de llanta en el cuerpo. Ana era especial.

Pasaron bastantes autos. A veces la gente no mira hacia los lados. 

¿Qué tan probable es que nadie vea un cadáver?

Cuando un joven estudiante que circulaba de regreso a su pueblo se percato del cuerpo se orillo y bajó, pensando que aun podía ayudar a la mujer. 

El optimismo es un sentimiento sobrevalorado.

La policía se tardo quince minutos en llegar y dieciséis en inspeccionar el área. Nada de pistas.

Luego de veintitrés minutos de autopsia (facilitada por la horrible grieta en el pecho del cadáver) el forense descubrió un tubo metálico cuidadosamente colocado entre los órganos que quedaban.

Cuarenta y dos.

Era el número del departamento de Jame. Así había firmado el asesino la carta que se encontraba dentro del tubo.




Las grandes historias no empiezan con “había una vez…”; mas bien empiezan con “y entonces, un día…”.

Yo era una persona normal.

Y entonces, un día decidí matar el aburrimiento matando. Podría esconderme por años y ustedes nunca habrían ligado los asesinatos. Pero estaba empezando a aburrirme de nuevo.

¿Cuántos crímenes creen que cometí? ¿Cinco, seis? Ustedes no tienen ni idea, aquí hay algo grande.

Pero no quiero abrumar a nadie. Y, sobre todo, no quiero que piensen que soy grosero o mal educado. Les escribo con objeto de darles un regalo.

Calle Mache, unidad santo Tomas, departamento cuarenta y dos.

Desde el infierno, Jame.




Y allí estaba Jame cuando la policía llego. 

Durante el juicio permaneció silencioso hasta el famoso incidente previo al veredicto.

La sentencia fue cadena perpetua en el hospital Crane.

Y allí estaba Simmons, recordando la carta leída en todos los noticieros, cuando el guardia termino de abrir la puerta.

El paciente lo miraba fijamente. 

- Lo estaba esperando doctor. Desde hace mucho tiempo.

miércoles, 31 de agosto de 2016

A estas horas de la locura (II)

II

¿Qué hubiera sido de Jesucristo si nadie hubiera escrito los evangelios?

Matar había estado bien al principio, había sido suficiente. Pero ya no. Además no tenía energía eléctrica.

De haberla tenido, tal vez no habría tenido tiempo libre para mirar por la ventana de su departamento y pensar en ello. O mejor dicho, recordarlo, porque la frase la había leído en el mejor libro que había pasado por sus manos. Aun tenía una copia entre el par de pantalones negros que guardaba en el armario.

La primera vez que había asesinado a alguien se había dado su tiempo. Había acechado a su victima por días.

Linda mujer, de veintitantos años; cabello castaño, largo y levemente ondulado. La había conocido en el parque, vestida con ropa deportiva y deteniéndose a preguntarle la hora.

-          Las nueve con veinticinco minutos

La sala del departamento estaba compuesta por los clásicos tres sillones: para una, dos y tres personas en un color indefinido entre el gris y el café. Ni siquiera podía recordar donde los había comprado. Estaban colocados de forma que ninguno estorbaba al otro y todos los que se sentaban podían ver la televisión sin importar el lugar que eligieran. Un detalle extraño para alguien que nunca había recibido visitas.

Volvió al parque la mañana siguiente pero se sentó suficientemente lejos de la pista como para poder ver sin ser observado. La mujer estaba dando vueltas de nuevo y era innegable que daba resultado: una figura perfecta, deseable por donde se le mirara. Pero no había un deseo sexual en el fondo, al mirarla (día tras día, siempre cambiando de sitio) lo único en lo que podía pensar era en dominarla, en mostrar su poder y su superioridad ante ese ser perfecto. Años de humillaciones y maltratos, destruidos de golpe al someter a una criatura que encarnaba la perfección.


Una pequeña mesa de plástico, blanca, con su juego de cuatro sillas apilables servía de comedor, pero rara vez la utilizaba. El sillón de una plaza tenía todavía un plato vacio la mañana que recordó la frase del libro.

La falta de energía, sumada al aburrimiento matutino lo orillo a girar el sillón de forma que pudiera observar por la ventana.

Cuando se decidió a llevar a cabo su plan (elaborado durante largas noches de insomnio) consiguió un bote de lejía. La lejía tiene gran aplicación para la limpieza del hogar; además puede utilizarse como blanqueador o para quemar las huellas dactilares. En cualquiera de los casos el olor suele ser insoportable.

La cocina tenia estufa, fregadero y una vitrina. Platos, vasos y tasas de un blanco aterrador se repartían por las repisas, dejando los cajones para los cubiertos.

Desconfiado del cloroformo y de muchos métodos que había visto en televisión e incapacitado para obtener pentotal sódico se apoyo en la navaja de Ockham: La solución más sencilla era sin lugar a dudas un golpe seco a la cabeza. Y así fue.

El cuarto tenía una cama matrimonial y un armario de madera sin ninguna clase de tinte. Bella madera al natural, sin ningún diseño llamativo. También tenía una puerta, que daba a un baño perfectamente limpio. Juego de baño verde bandera con una coqueta flor en el centro. Jabón neutro. Pasta blanca. Cepillo azul cielo. Bote de gel sin colorante.

Semanas de acechar a su presa le habían indicado un dato curioso y decisivo para llevar a cabo su plan. La  mujer era una hipócrita.

Vivía a quince minutos del parque al que iba todas las mañanas a hacer ejercicio. Esa mañana sus tenis no alcanzaron a mancharse en rojo con la grava del parque.

El armario contenía cinco camisas blancas, dos pantalones negros, dos pares de calcetines negros y un par de zapatos. Las corbatas, los pantalones de mezclilla y las playeras de colores formaban una pequeña montaña a un costado del armario.

El golpe fue seco. Ella no grito y él no tardo en subirla al auto. Al auto en el que ella había llegado al parque. La mujer era una hipócrita. Esa mañana sus tenis no alcanzaron a mancharse en rojo. No con la grava.

Entre el par de pantalones negros había un ejemplar en perfecto estado de Fight Club, la primera novela de Chuck Palahniuk. La del protagonista-narrador que nunca nos dice su nombre.

Mientras recordaba su primer crimen, mientras miraba por la ventana, se dio cuenta de que nadie le temía. Había matado a diez personas y nadie sabia de su existencia, nadie había dejado de dormir tranquilo.

La fama, se dijo a si mismo, la fama lo es todo.

Me conocerán. Seré una leyenda.

¿Qué hubiera sido de Jesucristo si nadie hubiera escrito los evangelios?

lunes, 29 de agosto de 2016

A estas horas de la locura.

I
-          Usted dígamelo doctor. Usted es el cuerdo.

Las palabras de Jame (no se llama Jame) tenían la extraña cualidad de rebotar en las paredes de la cabeza del interlocutor y crear eco dentro de la misma. El Doctor Simmons lo había visitado durante los últimos cuatro meses, pero solamente de un mes a la fecha las visitas habían sido diarias. El Doctor Simmons (no se llama Jame) era ya parte del mobiliario del Hospital Psiquiátrico Frasier Crane, donde era de todos sabido que nunca se había obsesionado así con un paciente. Pero, también era de todos sabido que Jame no era un paciente cualquiera (no se llama Jame).

-          Hablamos de ti Jame, necesito saber tus respuestas.

El aire dentro del hospital estaba siempre más frio que el aire de afuera, provocando una mayor sensación de desesperación en varios de los internos. El Hospital Crane era una prisión. Siempre lo había sido.

De acuerdo a las leyes del país, los dementes culpables de crímenes pueden cumplir sus condenas en hospitales psiquiátricos en lugar de hacerlo en cárceles del sistema. Además de ahorrar espacio para que lo ocuparan quienes robaban pollo o verduras, permitía a los psiquiatras tratar las más extrañas desviaciones de la personalidad con material de primera mano. El Hospital Crane recibía sin embargo a muy pocos enfermos, los que se consideraban “especiales”: Asesinos de masas, asesinos en serie y culpables de crímenes excesivamente sanguinarios. Sujetos de estudio dignos los llamaba Luis Álvarez, el director del hospital.


Simmons conocía a Álvarez desde muchos años antes de que se inaugurara el hospital Crane, y Álvarez honraba su amistad permitiendo que fuera Simmons y no alguno de los psiquiatras de planta quien tratara a los pacientes de mayor renombre. Simmons (no se llama Jame) había conseguido mucha fama por su trabajo con Buffalo Ripper, el asesino en serie más sanguinario del que se tenia registro en el país, además del más prolífico: 205 asesinatos comprobados (Ripper aseguraba que sus cadáveres eran más numerosos que los goles de Pelé pero esto no pudo comprobarse).

Para todos fue natural que Simmons fuera llamado hace cuatro meses, cuando Jame fue recibido por el hospital (no se llama Jame).

La sola idea de tener como paciente a Jame hacia salivar a Simmons; todo lo que las noticias habían dicho (y especialmente lo que no habían dicho) sobre el caso era fascinante. Simmons no dudaba de ser en ese momento el psiquiatra más envidiado del mundo.

A lo largo de esos cuatro meses Simmons había llegado a entender varios detalles sobre la concepción del mundo que tenia Jame. Para todos en el hospital empezó a ser evidente la fascinación que Simmons sentía por las cosas que había escuchado en boca del asesino. Hasta que, hace un mes, Simmons empezó a presentarse diario en vez de tres veces a la semana nadie pensó que esa fascinación pudiese ser negativa para el doctor.

A las visitas diarias siguieron las ojeras, la falta de saludo, la piel pálida, el rostro demacrado y, finalmente, el doctor comenzó a llamar Jame al paciente (no se llama Jame). Álvarez no se cansaba de decir que era el comportamiento normal ante un caso de ese tamaño.

-          Ya pasara y Simmons volverá a ser el hombre jovial que es. Este caso es el caso del siglo.



-          Usted dígamelo doctor. Usted es el cuerdo.

Jame miro directamente al doctor Simmons con esos ojos que nunca parpadeaban en lugar de mirar la lamina correspondiente a la tercera figura del test de Rorschach.

-          Hablamos de ti Jame, necesito saber tus respuestas.

-          Mis respuestas no le serán útiles, personalmente considero que todas las laminas representan una especia de ratón de caricaturas maligno. Quizás alguna rememore un murciélago de Pokemon. Dígame que concluye de esas respuestas.  

-          ¿En verdad crees que no son importantes?

-          Sé que no lo son. Y también sé que usted piensa lo mismo; ha aprendido a evaluarme de otro modo. No cabe duda que usted es bueno en lo que hace, aunque sigue sin agradarme.

-          Perfecto Jame. No me interesan las respuestas “verbales” que puedas darme, sino tu reacción a este dialogo. Las laminas son la parte menos importante de este diagnostico.

-          Personalmente, considero que podría hacer imágenes más útiles para evaluar la personalidad.

-          Lo dudo Jame. Los pensamientos estructurados que tienes en este momento responden a cierto grado de insensatez en la fase actual de locura que atraviesas. Esta no es tu verdadera personalidad. Dudo que tengas una.

-          Quizás tenga razón doctor. Uno de estos días lo sabremos.

Jame aparto la vista del doctor y la fijo en la lamina.

-          Se lo dije. Un murciélago.

El doctor Simmons sabía ocultar su turbación muy bien, pero desde que trataba a Jame no estaba seguro de cuanto conservaba de esa capacidad. Si Jame se daba cuenta del estado interno del doctor no dio muestras  de hacerlo.

sábado, 27 de agosto de 2016

Disculpa.

Esta cosa es una trova que escribí en mis días de vocacional, así que es valido. 




Disculpa

No me digas que no soy bastante obvio
no me digas que en mis ojos no lo ves
que estoy más enamorado de lo que nunca había estado
sin contar que eres lo único que yo ame.

Porque el tiempo que ha pasado
solamente ha demostrado
lo que supe desde el día que pe encontré.

Y tú puedes sin problemas ignorarlo
y fingir que nunca te lo confesé
yo no voy a reclamarte 
ni siquiera a recordarte
lo que nunca te he podido esconder bien.

Que daría mi vida entera 
por encontrar la manera
de que sientas lo que siempre sentiré. 

Y mi tiempo te lo entrego sin reservas
y mi alma te la doy sin pretender
que respondas de algún modo
pues se que después de todo
a tu lado siempre he estado y estaré.

 Y es que se bien que mi vida 
en realidad no la tenía
y no la tuve hasta el día en que te mire.

y discúlpame por sentir lo que siento 
y disculpa por decírtelo también
pero el tiempo que ha pasado
solamente ha demostrado
lo que supe desde el día que te encontré.

Gustavo Huidobro.

viernes, 19 de agosto de 2016

Cerati, Carlos y mi padre...

Me entere mientras realizaba una prueba de laboratorio en el trabajo. Sergio Zurita (a quien por alguna razón idolatro) se burlaba de la memoria de Carlos Fuentes, quien había muerto un par de horas antes.

 Yo no sé cuanto pierden las letras mexicanas o las letras mundiales. No me atrevo a asegurar que Carlos Fuentes es el mejor escritor latinoamericano de la historia (aunque lo crea). Yo perdí mucho.

 Gringo viejo, La región más transparente, Aura, Las buenas consciencias, El naranjo (que nadie ha mencionado en la televisión), La muerte de Artemio Cruz y  La silla del águila son parte indispensable de mi crecimiento como lector y como persona. Lamento su muerte en este día, cuando  justo lamentaba dos años de que Gustavo Cerati entró en coma.

 No soy viejo, pero el mundo en el que crecí se cayó a pedazos hace dos años. Los mismos dos años que han pasado desde que Sergio Zurita se burlo del accidente de Cerati y de su música.

 Ahora resulta que todo lo que queda de mi adolescencia es un director de teatro que se burla de todas las otras personas que han marcado mi vida con su trabajo. Estoy demasiado molesto para poder expresarlo sin soltar groserías a diestra y siniestra.

 Fuentes podía atraparte en sus historias. La primera vez que leí a Fuentes fue con "La región más transparente" ; un libro tan complicado como hermoso. Letras perversas, enredadas, huidizas, burlonas. Me molestó mucho y prometí no volver a acercarme a algo que hubiera escrito ese hombre.

 Y entonces mi papá, el hombre al que más admiro, me invito de nuevo a la obra del Maestro Carlos Fuentes (como él lo llama). Nunca terminare de agradecerle. Mi padre, el mismo que me acerco a la música del tipo de chinos que tenia un vídeo donde bailaba con bebes de plástico y cantaba "siempre es hoy..."

 Y hoy, que la vida y la muerte me separan de Carlos Fuentes y la consciencia y el ruido de cascos (chiste local) me separan de Cerati solo puedo decir gracias. Por su obra. Y por lo que me enseñaron de mi mismo y de mi padre, al que amo profundamente y al que me acerca el gusto por el trabajo que ambos hicieron.

 Citando a  Carlos Fuentes, "Descubrí que el país de mi padre existía, y que yo formaba parte de el..."

 Descanse en paz Carlos Fuentes.

 Gracias Papá, por mostrarme que todo lo que queda de mi adolescencia es lo que tú y yo compartimos.

Gustavo Huidobro.

miércoles, 17 de agosto de 2016

No me dejarían entrar.

 La miro desde el otro lado del cristal. Luce hermosa, las luces del restaurante dan a su piel un color hermoso. Eso supongo.

Ella no sabe que estoy aquí, la gente pasa a mi lado sin hacerme mayor caso. Es una bendición, pues seguro saldría un mesero a correrme, a nadie le gusta que lo miren mientras come.

La amo. Desde la primera vez que la vi no pude dejar de pensar en ella. Mis largos ratos de ocio fueron suplantados por mis largos ratos de pensar en ella. La amo.

Veo sus lágrimas. La dejó plantada. Como siempre. Su novio es un imbécil.

Recuerdo la última vez que me quede en su jardín, esperando a que saliera de casa. Quien salió fue su novio, que me persiguió varios metros. Ya déjalo, dijo ella, divertida. Es relajante estar libre de acusaciones por acoso.

Su novio es un imbécil. He visto los moretones, y escuchado los gritos, los golpes. Y las disculpas. Ella también es una imbécil. Lo perdona siempre. Y la amo.

Veo sus lágrimas desde el otro lado del cristal. Una señora me acaricia la cabeza y comenta que pobrecillo, que debo tener hambre.

La amo, sus ojos llorosos lucen hermosos y sus moretones ya no se notan. Por eso lleva vestido. Además deben estar celebrando alguna fecha especial.

Seguro piensa que soy muy joven para ella. Si supiera. Pero ni yo se cual es mi edad. O la suya.

La amo, cada parte de mi ser pide por ella (ojala supiera su nombre), la amo, debería entrar y decírselo.

Decirle que no necesita al idiota de su novio, que yo puedo amarla toda la vida, que podemos ser felices juntos. Pero no creo convencerla.

La familia sentada junto al cristal me mira con insistencia. El padre llama al mesero y me señala. No puedo escuchar lo que dicen. Pero me miran.

Alguien camina hacia la puerta. Viene a quitarme. A nadie le gusta que lo miren mientras come. Ni a mí.

La amo, veo que pide la cuenta. No sé cuanto tiempo estuve viéndola. Me duele el cuerpo. Su novio es un imbécil. Ella también. Y yo. Por no entrar a decirle lo que siento, a arrancarla de su dolor. Quiero ser el héroe.

Pero ella no me ama. No puedo obligarla.

Un mesero sale y me grita. Debo irme. O no.

Puedo entrar, vencer el miedo. Gritar mi amor, que lo sepa ella, que lo sepa el mesero, que lo sepa el padre de familia que pidió que me quitaran de la ventana.

Pero soy un cobarde. Además ella ya se levantó de su mesa. Su novio no llegó ni para el final.

El mesero me alcanza. Lárgate, dice, pero su tono es de inseguridad. Me mira como si fuera a morderlo.

Debería entrar antes de que ella salga, y decirle que la amo.

Pero ella tiene novio. Además, soy un cobarde.

Y, además, soy un perro.

No me dejarían entrar.

lunes, 15 de agosto de 2016

Perdida (poema)

Aunque he tratado de escribir en gran cantidad de ocasiones la verdad es que lo he dejado para después en todas ellas (mi primera novela sigue teniendo 12 paginas).

Esto provoca que se me de mejor escribir cosas cortas, como canciones para Tested on Orphans, Los demandables, La expulsión de Zidane, Componentes Genéticos o para mi proyecto solista (lo que prueba no talento musical, sino incapacidad para mantener una banda por más tiempo que un par de meses). Pero siempre pensadas como canciones.

Así que lo que les presento ahora es legítimamente mi primer intento de escribir un poema, les agradezco de antemano sus comentarios.

Perdida

Perdida la encontré aquella mañana
el sol le reflejaba las heridas,
perdida, ella estaba perdida,
lo dijo de una sola mirada.

Perdida, como la luna en las mañanas,
perdida, como gota en los océanos,
perdida por buscar lo que buscaba,
por ir sola detrás de leves sueños.

“Lo vi cruzar el mar” dijo sin prisa,
como si yo debiera de entenderla;
“Lo vi”-dijo otra vez-“iba en la brisa”
y entonces comprendí que iba a perderla.

                                                       Gustavo Huidobro

jueves, 4 de agosto de 2016

Te olvidaste de tu madre (Cadáver exquisito)

 Ayer tuve un día lleno de enseñanzas, pero en un momento de ocio mi hermana, mi hermano, mi esposa y yo dedicamos un momento a escribir un cadáver exquisito.

 La versión en que lo jugamos consiste en escribir un verso y doblar la hoja, a fin de que la siguiente persona siga con el poema sin saber lo que escribió la persona anterior (debiera hacerse permitiendo que quien va a escribir vea la última parte del poema; pero me parece más interesante así).

 Total, que quedo muy bien.

Te olvidaste de tu madre.

Te olvidaste de tu madre
cansado y desvelado de tanto comer,
sumergido en cálidos manantiales de sueños diluidos
porque ese oso si se baña.


Mostrarle lo que le escribí en la espalda del sol
para descansar mis ojos en un sueño profundo.
Miró tras de sus ojos, y no encontró nada
y después fui a la Atlántida el sábado.


Zinguiriringui y Hakuna Matata,
después de todo ya nada queda
pues quien tuvo nunca tuvo, ni mantuvo ni te dio,
metí el agua al horno y exploto.


Búscate otro perro que te ladre, princesa,
no, ya no hay más, solo queda, solo queda.
Imagino que diez días son diez siglos comprimidos,
Perseo peleo con Quimera, y luego no pasó nada.


Y viejas regañonas pa´meter en mi costal,
cambio, vendo y compro por igual.




Debiéramos ponernos un nombre de colectivo. Ya sé, firman "Los ruta 100". A ver que dicen.

martes, 2 de agosto de 2016

¿Por qué se levantó Lázaro?

I

¿Por qué se levantó Lázaro?

La pregunta no abandonaba su cabeza, incluso ahora que no era prioritario saberlo. Hace bastante tiempo que no sentía el dolor de tan profundo que había sido; los golpes, la humillación, las heridas, todo había quedado atrás. Pero, ¿por qué se levantó Lázaro?

Él no tenía nada que ver con eso, pero solo él lo sabía. Cuando lo llamaron para que viera que podía hacer por Lázaro todos sabían que el fin era inevitable. Pero no podía decírselos, el éxito de su misión dependía totalmente de que lo creyeran capaz de resolver esta clase de cosas.

Muerto de miedo recorrió el camino hasta la casa del muerto (seguro ya estaba muerto) sin saber cómo explicaría la incapacidad para ayudarlo.

Cuando llego a la casa ordeno al cadáver que se levantara y caminara. Y el cadáver obedeció.

A su paso errático la gente se hizo a un lado, considerando que el trabajo estaba hecho y alabando al sanador, quien no se había movido de su lugar.

Es imposible, pensó mientras Lázaro se acercaba…lo suficiente para morderlo.

El dolor de la mordida consiguió superar a la sorpresa; el sanador arrojo al cadáver andante lejos de su persona, pero el daño estaba hecho. La fiebre y el dolor insoportable lo acompañaron en su aprehensión, juicio y castigo corporal; mientras esperaba su muerte no pudo pensar en otra cosa.

¿Por qué se levantó Lázaro?

II

Tres días después, en medio de la oscuridad, Cristo se dio cuenta de que no había regresado al cielo. Ni había ido al infierno.

Levantándose pesadamente avanzo en dirección al ligero rayo de luz que parecía emerger de la nada. La fuerza sobrehumana que había recibido de Lázaro le bastó para mover la piedra que sellaba su sepulcro. Estaba vivo, lo cual encajaba con su plan. Pero nadie podía verlo como estaba. Al ver que se acercaban a su tumba corrió a esconderse, pero se mantuvo vigilando la entrada de lo que fue su morada durante tres días.

Las mujeres que gritaban que había resucitado le resultaron familiares, pero no podía pensar con claridad. Los hombres que las acompañaban se quedaron a revisar los alrededores mientras las mujeres iban a comunicar la buena nueva; en ese momento Cristo se dio cuenta de que tenía demasiada hambre.

Los dos hombres no fueron suficientes para calmar su euforia; el sabor era increíble y además su condición divina (porque la tenía) le permitió saber que si no comía hasta el último gramo de carne de esos hombres ellos se levantarían también. Serian la competencia.

Los apóstoles. Con ellos quería compartir lo que estaba viviendo. Cada vez estaba más lúcido, más consciente de su condición y de lo que estaba pasando. El camino de regreso al último escondite que compartió con sus apóstoles se convirtió en una road movie de sangre y destrucción que extrañamente le llenaban de placer pese a que contradecía todo lo que había tratado de enseñar. Pero ese era otro Cristo.

Reconocido por dos de sus discípulos a los que encontró en el camino todavía tuvo Cristo la capacidad de fingir el tiempo suficiente para que no le reconocieran de inmediato y pudo volver a esconderse. Necesitaba que estuvieran todos juntos y así los encontró cuando Tomas decía que no creía que estuviera vivo.

Tomas, acercándose a comprobar que el maestro había regresado de entre los muertos fue el primero en recibir la mordida de Cristo. El horror paralizo al resto de los apóstoles, que no pudieron enfrentar el hecho de que su maestro era un ente capaz de esta clase de cosas hasta que fue muy tarde.

Todos habían sido mordidos, todos tenían ya el mismo aspecto que Cristo: la piel demacrada, pálida, con rastros de sangre en todo el cuerpo.
En ese momento, Cristo se dio cuenta que no había pensado en Lázaro desde que había despertado.

III

El sobresalto fue terrible. No estaba seguro cuanto tiempo se había dormido, pero al despertar el dolor era insoportable.

¿Por qué se levantó Lázaro?

Él no lo sabía.

¿Lo había mordido de verdad?

No podía recordarlo.

Sintió una mirada. Entre la gente, detrás de su madre que lloraba desconsolada. Ahí estaba Lázaro.

Tenía que saberlo, que había levantado a Lázaro de entre los muertos y que había pasado después. El acceso de dolor le impido hablar, tratar de acercarse mentalmente al hombre que miraba su muerte… y que sonreía.

La sonrisa de Lázaro le indico que este sabia de sus dudas, y que tenía las respuestas. Pero la sonrisa indicaba algo más. Él quería descifrarlo, recibir ese último aliento de paz antes de sucumbir a su destino. ¿Y si Lázaro lo había mordido? ¿Y si no?

El último estertor fue demasiado. Al límite de sus fuerzas, con la sonrisa de Lázaro tatuada en la retina, consiguió decir sus últimas palabras.

Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

IV

¿Por qué se levantó Lázaro?

jueves, 28 de julio de 2016

Racismo (Desde Un beso y bang)


Nota: Esta publicación ya estaba en Un beso y bang... (un proyecto anterior) pero vale la pena compartirla de nuevo. Si ven la etiqueta de Un beso y bang (y de momento la verán muy seguido) es contenido extraído de allá. 

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En este rato libre en mi trabajo me puse a leer sobre el racismo y encontré un post en Taringa! (la computadora de mi trabajo abre la pagina sin formato y no puedo dar crédito al autor) sobre los 20 países más racistas del mundo: http://www.taringa.net/posts/info/11695416/Los-20-paises-mas-racistas.html . 

No me reía tanto desde hace mucho tiempo. Aquí algunas maravillas extraídas de dicho post y de los comentarios del mismo.

“es un desprecio o miedo a las diferencias culturales es también bien sabido su fascinación por lo extranjero también”

“canada es un país secretamente racista y han sabido ocultar bien eso y mostrando una mascara de “tolerancia” que incluso, su población ignora .” 

“ademas de los ataques raciales contra ellos, los cuales hay numerosos reportes sobre esto”

“los alemanes temen a su pasado nazi, pero también una muy buena parte de la población se sienten orgullosas de su pasado nazi”

“lamentablemente el cáncer del fascismo alcanzo a Rusia”

“claro esto se ve en moscu y las zonas cercanas a los países bálticos, Finlandia, san petersburgo y Polonia, mas no en el resto de Rusia hasta las islas sajalin y kamchatka, donde es virtualmente “limpio”. ” (Nota del Copypasteador: ¿Así o más racista?)

“el racismo de los ingleses podemos decir que es total en la población inglesa”

“el ejemplo mas famoso es el de la relación de princesa diana y su esposo de origen egipcio (musulmán y no blanco) y su posterior asesinato de ella, pues horrorizaba a la estricta nobleza británica.”

“el país africano con el mayor racismo en toda África”

“aquellos blancos mantuvieron en discriminación y violencia a los negros, pero el sistema de supremacía blanca colapso por presiones mundiales y por nelson mándela, aquellos racistas huyeron a Inglaterra, pero muchos se quedaron, pero ahora el racismo paso de los negros a los blancos, donde estos tomaron venganza y la discriminación sistematica la hacen los negros, si bien el gobierno lo niega y es ilegal, como lo estipulo mándela, la verdad es que la venganza se da y los blancos ahora son los que la sufren y el resentimiento se acumula mas y mas. la delincuencia, asesinatos y violaciones tienen como objetivo los blancos, la discriminación laboral también se da contra los blancos, aunque hay élites de blancos y adolescentes que aun mantienen una idea racista blanca, pero su racismo ahora no se compara con la venganza racista de los negros” (NdCP: jajajajajajajaja, esta es genial)

“no importa que sea su presidente negro (y hasta eso, no es tan negro)” (NdCP: Jajajajajajaja, el racismo en su máxima expresión)

Y ahora los comentarios al post mencionado, compitiendo por el Ku Kux Prize

“q tan racista puede ser Rwada si no los conoce nadie jajajaj” 

 "y si algo es más que sabido es que la casi totalidad de los delitos que se registran al cabo del año, sobre todo los violentos, son obra de ciudadanos de otros países.”

“A ver si has confundido España con Italia, que es donde está la Mafia.” 

“Como siempre EEUU son la mierda del mundo. Comen caca y tiran caca es lo unico que hacen.
que verguenza yo no odio a los bolivianos o paraguayos, solo a los que imigran ilegalmente aca y roban”

“Los judios son super racista”

“cada dia que pasa me pregunto si Hitler tenia algo de razon” 

“Me dá asco el pinche racísmo, todo el mundo debería ser como México, donde el negro es 
“negrazo”, el indio es “el agachón”, el gordo es “el porki” Los chinos “Chinelos”, los blancos “güeros” “gringos” o “pendejos” pero todos se llevan poca madre a la hora de “mocharse con las chelas” jajaja” 

“Por como hablas de los negros debes de ser uno o tener amigos negros o te exitan los negros(todo bien no pasa nada).”


Y ahora la frase ganadora del Ku Kux Prize de oro, la mayor muestra de tolerancia y comprensión (sarcasmo off) :


“Argentina el primero, o españa no se.. pero estados unidos no..
En sima cualkiera porque el racismo en su 90% se debe al color de piel es la primer rama del racismo.. y si en sudafrica son negros.. no de malo si no que es la verdad. Tienen la piel negra.. que onda se miran al espejo y dice aaaii soy negro.. voy a romper el espejo..
O sea una incuerencia total
Otra cosa en estados unidos esta lleno de negros.. o sea que mucho rasismo no debe haber..”

Bravisimo a la ganadora.